domingo, 15 de julio de 2012


  ¿SERÁ POSIBLE CON ESTOS GOBERNANTES?

     Hay un dicho, más o menos por todos conocido,  que dice: Rectificar es de sabios. Y en ese contexto, es donde este comentario viene a cuento por lo publicado en La Voz de Galicia este pasado Viernes 13 de Julio, sobre la ayuda que Alemania le va a prestar a España para implantar aquí  el modelo que los alemanes tienen en Formación Profesional, y la pompa que a esto se le da.

          Sin embargo y con respecto a esto, es conveniente que todos nosotros refresquemos la memoria ante la utilización que, probablemente, quieran darle a este acuerdo desde los Ministerios de Educación, Economía y Trabajo del gobierno de España.

          Este, al parecer ahora llamativo modelo de enseñanza alemán, no es nada nuevo. El método de enseñanza dual en la Formación Profesional de la que tanto presumen en Alemania y que tanto admiran ahora desde el Ministerio de Educación español a través de su titular José Ignacio Wert, es algo que en España nace hace más de 70 años, y que por razones que ahora no vamos a analizar, se deja perder por la insensatez de quienes en un momento dado gobiernan España.

         Si, en España y concretamente en el año 1938, en plena guerra civil, D. José Mª Llanos, director en aquel entonces de la Sociedad Española de Construcción Naval (más tarde la Bazán y hoy Navantia Ferrol) creó la escuela de aprendices en la mencionada factoría. Una escuela que, además de ser ejemplo para otras muchas que posteriormente fueron creadas a su imagen y semejanza, se dice de ella que muy bien pudo ser el precedente  de las universidades laborales que con posterioridad se crearon por toda la geografía española.

         Por lo tanto, no estamos ante nada novedoso. Al menos nosotros, los españoles. Otra cuestión bien diferente, es como nos lo quiera vender nuestro ministro y por supuesto, el gobierno alemán. Cuando el ministro Wert dice “ Soy consciente de que hay que hacer un esfuerzo enorme de adaptación para implantar el modelo “ realmente no entiendo a que tipo de esfuerzos se refiere. Y si de verdad piensa que va a tener tantas dificultades, que se pase por Ferrol e intente ponerse en contacto con algunos de los cientos o miles de personas que afortunadamente todavía viven y que son supervivientes de las famosas escuelas de los aprendices de la antigua Bazán o de la antigua Astano.

           Yo quiero entender que esta manifiesta alegría de nuestro ministro, obedece más a la posibilidad de deshacerse, por el acuerdo firmado, de jóvenes parados que pueden encontrar trabajo en las empresas alemanas que por el propio sistema de aprendizaje que se va a “retomar”. Y digo retomar, porque y como dije antes, aquí en Ferrol ya se implantó hace la friolera de 74 años.

            A pesar de todo ello, el hecho de recuperar esta modalidad de formación tiene que ser considerado como algo muy positivo. Ahora, esta medida también debe de ir acompañada de otras entre las que tiene que destacar, que la formación de los futuros profesionales debe de volver a ser tarea única y exclusiva de las empresas y los centros habilitados específicamente para ello. Aquí y en este apartado, habría que aplicar aquello de: Zapatero a tus zapatos.

           Hay organizaciones que no nacieron precisamente para ejercer de centros de formación. Esa es una labor que compete a otros. Es una labor tan sumamente seria, que no se puede mirar como si de un negocio se tratase. La formación Profesional es uno de los pilares de la sociedad, una de esas patas en donde se apoya el futuro del Estado. Por eso, no deben de estar en otras manos que no sean las estrictamente profesionales.

           Bueno, lo dicho, alegrémonos de que se retome algo tan serio e importante como es un buen método de enseñanza profesional, pero no dejemos que otros nos arrebaten nuestros méritos, adquiridos con todo merecimiento.      

miércoles, 11 de julio de 2012


      ¿DE VERDAD SE PIDE  TRABAJO?

             

              Vaya por delante que personalmente apoyo y sin reparos de ningún tipo, todas y cada una de las  movilizaciones que, siendo respetuosas  tanto con las instituciones como con las personas, persiguen conseguir carga de trabajo para cualquiera de los dos astilleros que tenemos en la Ría. Más dicho esto, también quiero decir, que hay determinadas posturas que cuando menos generan ciertas dudas y desconfianzas.  

              Si lo que se demanda es trabajo, así sin más ¿Por qué tiene que haber esa controversia entre lo público y lo privado? La reivindicación, en mi opinión, está salpicada por un matiz que es conveniente aclarar.  Y es necesario hacerlo porque en la defensa de esa petición de carga de trabajo, es decir, en la defensa de los puestos de trabajo del naval de esta comarca, está involucrada toda la sociedad.

              A Ferrolterra le va la vida en el sector naval, y por eso, él no es un problema exclusivo ni de sus trabajadores ni de sus organizaciones. El naval, aquí en Ferrol, es un problema de toda la sociedad en general, y lo es, porque lleva implícita una cuestión de supervivencia.

             Por eso la gran pregunta a la que hay que dar respuesta es: ¿Si el demandado Dique Flotante no se pudiese hacer con dinero exclusivamente público, y sin embargo, si pudiese ser una realidad con la ayuda de la inversión privada, los Comités de Empresa de Fene y Ferrol y los sindicatos estarían a favor de que así se hiciese?

             Y es que esta, es una pregunta que flota en el aire y que se hace necesario responder para poner a las cosas en su sitio. Hoy, tal y como está la situación, se hace necesario que las fuerzas políticas y sindicales cedan en sus convicciones para poder trabajar pensando solo y exclusivamente en el bien general. No podemos permitirnos que la supervivencia de esta ciudad y comarca esté condicionada únicamente por la titularidad que ostenten sus astilleros. Si estos son públicos, perfecto, pero si para que esta comarca vuelva a revivir tienen que ser privados, pues que lo sean, porque aquí lo importante es que vuelva haber trabajo.

              La situación es extraordinariamente  delicada, por lo tanto, como tal hay que tratarla. Se sabe que las soluciones que generalmente requieren este tipo de problemas suelen chocar frontalmente con determinadas filosofías, pero si de verdad pensamos en el bien general, tenemos que entender que nada debería de ser insalvable.


lunes, 9 de julio de 2012


¿ES  ESPAÑA  UN  ESTADO  DE  DERECHO?



       EL Estado de Derecho y como su propio nombre indica, se conforma de dos componentes: Estado (como forma de organización política) y Derecho (como conjunto de normas por las que se rige la sociedad). Y siendo esto así y lo es, Estado de Derecho significa que el Estado está limitado por el Derecho. O lo que es lo mismo, el poder del Estado está sometido al Derecho. Un Estado de Derecho, es aquel que tiene los tres poderes, el Poder legislativo, el Poder judicial y el Poder ejecutivo, separados e independientes entre si.

            Vivir en un estado democrático en absoluto equivale a tener garantía de vivir en un Estado de Derecho. De hecho, existen gobiernos que aún respetando determinados procedimientos democráticos, ponen en cuestión el Estado de Derecho por el método empleado a la hora de la elección de cargos de alguno o de todos esos poderes.

           Y en ese contexto ¿Qué grado de independencia puede decirse que tenga un organismo como el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo o el mismo Constitucional, de nuestro país, si su composición pasa por el acuerdo al que previamente lleguen el partido en el poder y el principal de la oposición? ¿A quién se deben estos organismos del más alto nivel del Estado, a quienes les nombran o a la sociedad por la que tienen que velar?

          Es realmente inexplicable que el Tribunal Constitucional estuviese durante más de año y medio en situación de interinidad por la falta de acuerdo entre el PP y el PSOE para la elección de los tres magistrados que habían agotado sus mandatos en Noviembre del 2010. Un acuerdo, que si no se dio antes fue única y exclusivamente por la postura que ambos partidos mantuvieron en defensa de sus respectivos intereses.

          El verdadero Estado de Derecho, del que tanto presumimos, se conseguirá, insisto, conseguirá, cuando realmente los tres poderes del Estado sean total y absolutamente independientes el uno del otro. Y eso no se alcanzará, entre otras cosas, mientras en la elección de sus miembros tengan algo que ver personas o instituciones ajenas al propio colectivo de la organización en cuestión.

            Es verdaderamente lamentable, apreciar como los demás partidos que conforman el arco parlamentario no critiquen el acuerdo en si y sin embargo critiquen que no se haya contado con ellos para alcanzar el mismo. Y es que estas cuestiones de querer estar presente – para dominar – en todos los focos del poder, es lo que hace que nos preguntemos hasta dónde es verdad que vivamos realmente en un Estado de Derecho.



                                                

            




sábado, 7 de julio de 2012


      FERROL : INFIERNO Y PARAISO



              De todos es sabido que a las cosas se les ve dependiendo del color del cristal con que se les mira. Pero esa percepción, lo que no hace, porque no puede, es ocultar la verdadera realidad de las mismas. Y precisamente por esto último,  el grave problema que tenemos en Ferrol con el tráfico rodado y todo lo que él conlleva, no se puede ni ocultar ni minimizar. Es cierto, que por las debilidades propias de nuestra condición de ser humano, nuestra opinión, aún intentando ser de lo más imparcial, siempre se verá influenciada en función de la afinidad que tengamos con quién gobierne en la ciudad en cada momento. No obstante, en Ferrol, y aún queriendo ser de lo más condescendientes, hoy por hoy y después de algo más de un año de mandato del actual equipo de gobierno, tenemos que lamentar que la ciudad continúe teniendo por delante esa asignatura pendiente que tanto y tanto condiciona la libre movilidad de sus gentes y de entre ellas y sobre todo, de nuestras personas mayores.

               Por las últimas noticias aparecidas en los medios respecto al aumento del número de sanciones impuestas por la Policía Local en este apartado, podría pensarse como si se estuviese mejorando en ese sentido. Pero no, Ferrol en el tráfico rodado y en el estacionamiento de los vehículos, sigue siendo un auténtico Infierno. Y los principales culpables de esta situación son, fundamentalmente, el concejal de seguridad, Pablo Cal Martínez y el jefe de la Policía Local, José Manuel Pérez.                        

              Lo habitual, lo cotidiano, es encontrarnos con los coches aparcados encima de las aceras. Interfiriendo los pasos de peatones. Interceptando los cruces de calles, y así hasta un largo etc. Un largo etc que nos lleva a reflexionar  – para nuestra desgracia – sobre si nuestra ciudad no será un auténtico Paraíso  para quienes, utilizando el coche, deciden campar a sus anchas pasando por alto todas y cada una de las normas establecidas al efecto.

               La ciudad es un auténtico martirio  para quienes se ven en la necesidad de caminar por sus calles llevando un coche de bebé o una silla de niño pequeño. Y lo es, porque sus aceras se ven invadidas, sin que nadie lo remedie, por los coches en ellas estacionados.  Hay calles, como la Magdalena, en las que es prácticamente imposible avanzar veinte metros, por una de sus aceras, sin tener que bajar para continuar por el centro de la calzada.

              Ferrol, en este aspecto, es una ciudad imposible para los que, desgraciadamente, tienen que depender, por su discapacidad, de una silla de ruedas para desplazarse, de igual forma, que para todos aquellos que necesitan de la ayuda de unas muletas para poder caminar. La nuestra, es una ciudad en la que, en este apartado, es un auténtico Infierno. Una ciudad en la que por la anarquía existente en el tráfico, las personas mayores que por su edad ya se comportan un tanto torpemente y necesitan de la ayuda de un bastón, tienen que sortear mil y una adversidades para poder caminar con cierta tranquilidad. Y es que además y por si ya fuesen pocos los inconvenientes, ahora hay que añadir un nuevo factor de riesgo e incomodidad como es la frecuente circulación de bicicletas por las aceras, con el correspondiente peligro para los viandantes.  

              Lo que en Ferrol sucede en cuanto al tráfico rodado, es un desprecio absoluto a las normas y a los ciudadanos. Principalmente a nuestros mayores. Hay momentos en los que pasear por las calles de la ciudad es todo un reto, y este problema, requiere una solución inmediata que lleve consigo contundencia con todos los infractores.

              Ahora es momento de recordar  como los hoy gobernantes, en la oposición en la etapa anterior, criticaban, y de que manera, a la ex concejala Sandra Ríos, responsable de esa área con el gobierno anterior.

             En este apartado y hasta el momento, la mano del actual concejal responsable, Pablo Cal Martínez, brilla por su ausencia. Esperemos que cuando este artículo de opinión vea la luz de la calle, se pueda decir que los responsables municipales, conscientes del problema, están trabajando en busca de una rápida y eficaz solución.


lunes, 2 de julio de 2012


   ¿ES  FERROL  CIUDAD  CONFLICTIVA?

      ¿Cuántas veces escuchamos decir que Ferrol era una ciudad conflictiva y que por eso, no era nada atractiva para el mundo empresarial? Cientos, quizá miles de veces. Sin embargo, esta es una afirmación que con el tiempo se fue demostrando que no se trataba más que de un desgraciado sambenito. Un descrédito a la ciudad y sus gentes que muy bien pudo haber sido lanzado, en su momento, con el firme propósito de desviar la atención en defensa de intereses de otra u otras zonas industriales, tanto de Galicia como del resto de España. Aunque y dicho sea de paso, esa mal intencionada opinión fuese, como fue y durante mucho tiempo, retroalimentada también desde la propia ciudad.

            Cierto es que los ferrolanos somos, por naturaleza, personas entusiastas, y eso, lógicamente, hace que todo aquello en lo que creemos o que de alguna forma nos afecta, lo defendamos con pasión. Lo que probablemente, en más de una ocasión diese lugar a erróneas interpretaciones.   No obstante y con el tiempo como mejor aliado, la propia sociedad ferrolana fue la encargada, con su comportamiento ante las muchas y diferentes adversidades, de demostrar que ese inmerecido sambenito se quede a día de hoy en una vulgar leyenda sin base que la sostenga.

          En la actualidad Ferrol está viviendo uno de los peores momentos de los últimos cincuenta – sesenta años. Uno de esos períodos, en los que nos encontramos con un presente un tanto dramático y un futuro sin futuro. Es decir, una de esas situaciones altamente propicias para que el pueblo eleve el tono y cree tensión en sus calles. Sin embargo y precisamente por la alta responsabilidad de la sociedad ferrolana, nada de lo que ocurre en la ciudad, puede estar más alejado de esa realidad. Ferrol, una vez más, lo que muestra es sentido común y respeto. Un respeto a los demás, que si en alguna ocasión se vio roto o alterado fue de forma tan aislada e intrascendente que no sería lógico tener en consideración al tratarse de un asunto menor. A pesar de los muchos motivos que la clase política dio y continua dando, con sus continuos engaños.

          Los ferrolanos nunca aislamos a la ciudad. Jamás alteramos la vida política de nuestro Parlamento. No amenazamos o pusimos en peligro a nuestras administraciones públicas y/o a sus representantes. No, los trabajadores del sector naval nunca atacaron a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Y si en alguna ocasión se traspasaron ciertos límites, fue tan solo como autodefensa y en respuesta a las provocaciones y a los ataques recibidos. Hasta el momento y por todo lo visto y vivido, los trabajadores del sector naval de nuestra Ría no han hecho otra cosa que dar muestras de templanza, moderación y prudencia, incluso, con aquellos sectores de la ciudad que tan reacios se mostraron a querer entender, como hoy afortunadamente entienden, que ellos también son sector naval, a pesar de no ser trabajadores ni directos ni indirectos del mismo.

         Ahora y aprovechando el nivel de entendimiento alcanzado entre los diferentes sectores de la sociedad ferrolana, es momento para, por un lado, reforzar ese grado de unidad ciudadano alcanzado, y por otro, de, entre todos, desmontar esa mala fama tan injusta como infundada. Ahora parece que estamos en el buen camino.