lunes, 24 de septiembre de 2012


  FEIJOO Y SU COMPROMISO CON EL NAVAL FERROLANO

          Puede que la firma del contrato para la construcción de dos buques tipo flotel (uno en Ferrol) para la petrolera mexicana Pemex, haga que el presidente Feijoo piense que su compromiso con el naval ferrolano está en vías de cumplimiento. Sin embargo y aún siendo esto muy importante, y por ello vaya desde esta tribuna mi más sincera felicitación, tanto para el Presidente como para todos aquellos que participaron en la consecución del contrato, hay que decir también que es claramente insuficiente. Y por eso, en los oídos de miles de ferrolterranos continúan retumbando aquellas promesas que sobre el naval en nuestra Ría, hacia aquel Feijoo candidato en el año 2009.

             Ya pasaron más de tres años desde aquel entonces y ahora, en la postrimería de su mandato, lo único que se puede decir al respecto, es que del grueso de todas aquellas promesas solo es perceptible esta, aunque importante por el momento, migaja del buque flotel. Y que conste que digo lo de migaja con el mayor de los respetos por saber lo que significa en este preciso momento. Más, para cumplir con Ferrolterra respecto al sector naval, el Sr. Feijoo tendría que haber trabajado y no lo hizo, en dos direcciones fundamentalmente. En desarrollar la Ley del Sector Naval, aprobada por unanimidad en el Parlamento de Galicia en Junio del 2010 y en el gran Centro de Reparaciones, prometido, por él mismo, una y otra vez hasta la saciedad.

           En cuanto a la Ley, que como tal, es un mandato del Parlamento al ejecutivo, lo que hay que decir es que desarrollarla significaría tratar asuntos tan importantes como que :

A ) La Xunta tendría que negociar con el Estado su participación en la gestión de las empresas públicas estatales integradas en el sector naval de Galicia y que por su naturaleza, no puedan ser objeto de traspaso.

B ) Que la Xunta debería de negociar con el Estado el uso de los activos de los que las empresas estatales integradas en el sector naval de Galicia sean titulares y que no estén siendo aprovechados para la construcción, reparación,……etc.

C ) De igual forma, la Xunta debería de llevar a cabo las actuaciones precisas para lograr que las instalaciones del astillero de Fene vuelva a la construcción, reparación, reciclaje y transformación naval civil y a otras actividades afines vinculadas a éste.

D ) O que la Xunta, tendría que realizar las actuaciones necesarias para conseguir el desarrollo industrial de los activos titularidad de empresas estatales integradas en el sector naval de Galicia que no tengan actividad.

            Y en cuanto al gran Centro de Reparaciones, eso significaría apuntalar definitivamente uno de los tres soportes económicos en los que se sustenta esta comarca. Y para eso y además de otras cuestiones, el naval ferrolano necesita del tan demandado Dique Flotante por el que tan poco se hizo, hasta el momento, desde el gobierno que él preside.

            Y como el tiempo pasaba y los resultados en el sector no se apreciaban por parte alguna para Ferrolterra, es por lo que aparece en escena el acuerdo Xunta – PEMEX. Y aparece, como un acuerdo en el que Navantia Fene – Ferrol tenía mucho que decir, pues en él, se mostraba a los astilleros de la Ría de Ferrol como posibles beneficiarios de un posible contrato para la construcción de diversos remolcadores y un buque flotel. Unas construcciones estas, la de los remolcadores, a las que la Xunta y desde el primer momento, ya le había adjuntado miles de empleos y millones de horas de trabajo sin tener ni idea de las características de los mismos.

            Pero claro, como en Ferrol nadie veía como Navantia podía encajar en ese posible contrato y viendo además, que la chispa inicial de los remolcadores se diluía, desde la Xunta se pone en escena a dos buques quimiqueros. ¿Y cual es en ese momento el compromiso del presidente Feijoo? Pues que PEMEX le pediría presupuesto a Navantia. ¿Y eso qué significaba? Pues nada, absolutamente nada. PEMEX y tal cual se anunció, lo que hizo fue lo que hicieron antes otros muchos países como Brasil, Arabia Saudita, Rusia…etc, por otros productos. Es decir, pedir precio y nada más. Ahora ya se sabe que los quimiqueros no se van a construir en Navantia por no ser esta una empresa competitiva en ese nicho de mercado. ¿Y quién podría creer que Navantia Ferrol podría competir a nivel internacional en un mercado en el que nunca tuvo presencia? Realmente, ahora lo que se hizo oficial es lo que ya, desde el principio, sabíamos que iba a ocurrir.

            Este acuerdo Xunta – PEMEX es, sin duda alguna, algo muy positivo. Y puede llegar a serlo mucho más ¡Ojalá!. Pero no nos engañemos, la Ría de Ferrol muy poco o nada tiene que ver con ese contrato. Por las construcciones de las que se está hablando, la lógica y el sentido común dicen que a donde tienen que ir dirigidas esas construcciones es el naval de Vigo. Y en ese sentido, al Sr. Feijoo y a su conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, hay que felicitarles. Más con respecto a lo que a los ferrolanos nos interesa y concierne, desde Ferrol hay que decir que no nos puede invadir otra sensación que la preocupación y la incertidumbre de cara al futuro.  Es decir, aquí nada ha cambiado sustancialmente. Navantia Fene – Ferrol no encaja de ninguna de las maneras en esta historia y por tanto, no nos podemos dejar engañar.

            Para que Navantia pudiese tener opciones reales en estas construcciones, habría que afrontar con Bruselas algunos aspectos de los acuerdos firmados y por los que Astano está así, pues en ellos, se plantean cuestiones como :

1ª ) Art. Nº 8. Se presentará a la Comisión un cálculo de costes de cada nuevo contrato de buque civil. ( No hay constancia de que así se haya hecho )

2º ) Art. Nº 7. España se compromete a que Navantia actúe en condiciones de mercado y a que, por tanto, cada pedido se efectúe en condiciones de rentabilidad, teniendo en cuenta el carácter complementario de la actividad civil.

            Por eso, todo lo referente a los quimiqueros olía a mentira. Más tarde y como para rematar la faena, al presidente Feijoo no se le ocurre nada mejor que decir que la petrolera mexicana va a pedir presupuesto a Navantia para la construcción de tres buques supply. Es decir, se apreciaba en el ambiente que todo respondía a una determinada estrategia debido a la falta de resultados en el sector en los tres años de gestión. Y cuando ya no aparecían salidas por ninguna parte, sorprendentemente aparece la construcción de dos buques flotel. Uno de ellos en Ferrol.

           Bueno pues muy bien, enhorabuena de verdad por lo que este contrato representa para el sector gallego. Pero no por ello, Vd. Sr. Presidente, se puede considerar satisfecho respecto a la Ría de Ferrol. Vd. Sr. Feijoo faltó a los compromisos adquiridos con nuestro sector naval, y compromiso, Sr. Presidente, es sinónimo de obligación contraída o de palabra dada. Y en un político, Sr. Feijoo, compromiso equivale a decir promesa. Y lo que no puede ser es que un Presidente falte a sus promesas y que no suceda nada. La palabra de un Presidente tiene que tener más valor de la que, para Ferrol, tuvo hasta ahora la suya. Y por lo hecho hasta ahora con el sector naval ferrolano, Vd Sr. Feijoo, le falló a Ferrolterra.

lunes, 17 de septiembre de 2012


                     ¿ SERÁ  VERDAD ?

          Bueno, puede que ahora si sea verdad ¡ Ojalá !, pero las cosas, tal y como están sucediendo, siguen dando lugar a la incertidumbre. Sin duda, el día de trabajar en Ferrol todos unidos en busca de un mismo objetivo, cada vez está más cerca, y lo está, porque las dificultades por las que pasan la ciudad y comarcas, cada vez son más y mayores, y lo que no se puede permitir, es que cada uno continúe tirando del carro a su manera y por donde más le convenga. No obstante, yo y en estos precisos momentos y por las circunstancias que nos rodean, continuo sin estar nada convencido de que ese momento al fin haya llegado.

          Es cierto que ahora parecen darse muchos de los ingredientes necesarios como para que los trabajadores del naval de Ferrolterra se sientan apoyados y respaldados por todos y cada uno de los estamentos de la comarca, incluso de los que tienen rango provincial y autonómico, pero claro, no podemos ignorar el contexto en que estos apoyos se dan.  Y en Ferrolterra desconfiamos mucho, y desconfiamos por muchas razones de peso, de mucho peso. Y si así lo hacemos, es por lo mucho que hemos sufrido debido a tantos y tantos engaños. Creo sinceramente, que si en esta Galicia nuestra hay alguien al que se le pueda justificar su desconfianza, esos somos nosotros, los ciudadanos de las comarcas de Ferrolterra.  

          Ahora estamos en un momento en el que todos muestran su apoyo a los trabajadores del naval. El alcalde de Ferrol (el PP) pide unidad de acción para defender sus demandas. El PSOE, muestra su solidaridad y apoyo incondicional. Los sindicatos y como no podría ser de otra manera, apoyan sin fisuras. Y el pueblo, ese, tantas veces sufridor y engañado, vuelve una vez más y sin miedo a un nuevo fracaso, a respaldar lo que los trabajadores a través de sus representantes reclaman. Y ya a mayores, y ante tantos y tan diversos apoyos, irrumpen los alcaldes de la Mancomunidad temerosos de quedarse rezagados. Dicen de forma unánime e institucional, que ellos también están con los trabajadores y sus reivindicaciones.

          Sin embargo, cuando uno rememora todo lo que recientemente pasó en el sector naval de nuestra Ría, es cuando aparecen las dudas. El PSOE, ahora que está al margen del poder, apoya sin fisuras todas las reivindicaciones de los trabajadores. El PP, ahora que es él, el que tiene la responsabilidad de gobernar, reclama, a través de su hombre en Ferrol, el alcalde José Manuel, la unidad de acción para luchar todos juntos que él nunca ofreció a ningún otro partido en el poder. Los sindicatos, aún manteniendo los apoyos que siempre prestaron a los comités de empresa, siguen sin pronunciarse claramente sobre cuestiones que pueden ser determinantes para el futuro de nuestras instalaciones navales. Y los alcaldes de la Mancomunidad, que hoy parecen estar tan concienciados con el problema, dicen lo que dicen sin hacer memoria a que desde AGOSTO del año 2010, en que a petición de RUMBO 21 solicitaron una entrevista con el Comisario de la Competencia, no volvieron a preocuparse en serio del tema ¿ O no es verdad ? Y es que si esto último no es cierto, que alguien lo desmienta.

          No, esto y tal y como están las cosas, no me gusta. Es posible que el Sr. Feijoo tenga un as bajo la manga. No me extrañaría. Pero no me gusta porque desde un principio y hasta hoy, lo único que se pudo apreciar fue que lo que se buscaba era prolongar las cosas en el tiempo a través del engaño. Primero fueron los remolcadores y un flotel, después los dos quimiqueros, más tarde tres buques supply, ahora ya no es un buque flotel, son dos. Y se habla de PREcontrato, pero ¿Qué significa eso del PREcontrato ?

          Estoy confuso. Primero porque no veo a Navantia ahora mismo haciendo un buque flotel en condiciones de rentabilidad como lo exige el artículo 7 de los acuerdos de Diciembre del 2004. Segundo, porque después de decir el Consejero Delegado de Navantia, el Sr. De Rábago, que para hacer el dique flotante también podía haber problemas jurídicos con Bruselas, no entiendo ahora como para hacer este buque no hay ni el más mínimo inconveniente, y tercero, porque no me creo toda esa buena voluntad política que se respira en el ambiente. Y remato, diciendo que me repatea muy mucho que en estas circunstancias nadie, salvo un partido político, hable del tema del veto de Astano.

          En mi humilde opinión, el primer asunto que los sindicatos, partidos políticos, mancomunidad, asociaciones de empresarios y población en general tendrían que tener en su agenda como absoluta prioridad, es el levantamiento del veto que sufre la antigua Astano. Es ahí donde radica, no salir de un momento especialmente malo como éste, sino en abrir las puertas del futuro. Creo que en todo esto lo que falta es transparencia y sinceridad, y mientras no se den  estos dos ingredientes,  uno seguirá preguntándose ¿SERÁ VERDAD ?

             

lunes, 3 de septiembre de 2012


  LAS  PROMESAS,  COMO  EL  TURRÓN

          Cierto es que el turrón es un producto que se puede consumir en cualquier época o momento del año, pero no es menos cierto también, que éste, quizá por la tradición, cuando de forma generalizada y mayoritaria aparece en nuestras mesas, es únicamente en el periodo navideño. Es decir, de forma muy puntual. Pues bien, de igual manera que ocurre con el turrón en Navidad, en política ocurre con las promesas en los periodos electorales. Éstas aparecen cuando de ganar el voto se trata y desaparecen de forma inmediata hasta la siguiente consulta electoral.

         Galicia va a tener, porque así lo decidió el Sr. Feijoo, un nuevo proceso electoral para el próximo 21 de Octubre. Un adelanto electoral, que en ningún caso se hace porque la situación de la Comunidad así lo demande, si no porque los intereses partidistas del PP, y/o de su presidente y equipo, así lo aconsejan. Es indudable, que se hace desde el legítimo derecho que el sistema democrático en el que vivimos le otorga al presidente, y por ello y a este respecto, nada hay que objetar. Sin embargo, hay que señalar que en el momento actual y pensando en los intereses generales de los gallegos, no hay nada que así lo aconseje. La realidad gallega a día de hoy, nos dice que de nuevo nos encontramos ante la clásica situación en la que los intereses de unos pocos prevalecen, legalmente insisto,  sobre los intereses generales de los muchos.

          ¿Y a donde lleva esto? Pues esto lleva consigo volver a prometerle a la sociedad lo que ya tantas veces se le prometió y que sistemáticamente se le negó. Y en el caso concreto de nuestro Ferrol, pues el tren al puerto exterior, el gran centro de reparaciones, la plataforma logística del puerto exterior, la finalización del saneamiento de la Ría, el barrio de Recimil, la apertura del Auditorio de Caranza, y un largo etc que daría lugar a una lista interminable de promesas, algunas de ellas viejas promesas, y que hasta el momento son promesas más que incumplidas.

          En Ferrol tenemos motivos, muchos, muchísimos, como para desconfiar de la clase política.  Y es que podemos decir que somos un pueblo con el que los grandes partidos jugaron de forma sistemática y continuada, a lo largo de los últimos treinta años.

          Por eso, en Ferrol se mira a todo proceso electoral con mucho recelo, suspicacia y por supuesto mucho escepticismo. Ahora y llegado de nuevo este momento, llega el instante de la reflexión y con él, la posibilidad de decirle a quienes nos han engañado ¡¡ Vasta ya !!.

          Tenemos que sacar nuestro orgullo, dejar que éste aflore y decirle a aquellos que con nosotros han jugado durante tanto tiempo que hasta aquí. Cambiar el rumbo de nuestra historia está en nuestras manos, y si consideramos que tenemos motivos para hacerlo, hagámoslo. El pueblo es soberano y en estos momentos, es cuando lo tiene que demostrar.