miércoles, 3 de octubre de 2012


     ¿PUEDE NAVANTIA FERROL CONSTRUIR EL BUQUE FLOTEL?

               Vaya en primer lugar, si es que la firma efectuada en Santiago es una firma realmente definitiva para la construcción de los flóteles, mi más sincera enhorabuena para el Presidente Feijoo, el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra y para todos los que de una u otra forma trabajaron en la consecución de este contrato. Pero dicho esto, ahora y después de la lógica resaca de la buena noticia, tenemos que preguntarnos si realmente Navantia Ferrol puede construir este buque flotel. Y claro, si la pregunta se hace así tal cual, sin más aclaraciones, la respuesta sin duda es claramente afirmativa. Sin embargo, si se hace intentando leer lo que subyace bajo los acuerdos firmados del 2004, la respuesta ya se encuentra con una serie de condicionantes que dan lugar a muchas y serias dudas.

               Y en esa línea de seriedad y análisis y al mismo tiempo lejos ya de todo tipo de euforia que pudiese contaminar la interpretación de lo firmado, hay que decir que hay una parte de su articulado que invita, cuando menos, a hacer una sería reflexión sobre cuestiones que son fundamentales, como por ejemplo:

            Que los acuerdos dicen que se presentará a la Comisión un cálculo de costes de cada nuevo contrato de un buque civil. Y esto, es además tan importante, que incluso cuando la Comisión advirtió de esta redacción, le prohibió taxativamente a Navantia contratar ninguna actividad civil nueva mientras el gobierno de España no hubiese recibido la correspondiente carta informativa.

            O como que España, se comprometió a que Navantia actuaría en condiciones de mercado y a que, por tanto, cada pedido de construcción civil así como la actividad de reparación, se efectuasen en condiciones de rentabilidad. Y ello, basado en la consideración del carácter complementario que, mientras duren las actuales restricciones, debe de tener la actividad civil en la Compañía.

            Por lo tanto, la pregunta es ¿Entregó Navantia esa oferta a la Comisión antes de entregársela a la petrolera? O lo que se hizo, fue multiplicar por dos el trabajo hecho por Barreras y asumir como oferta la mitad, que es lo que realmente le corresponde a Ferrol por la construcción de una unidad. Y si así fue, ¿Podría ahora mismo Navantia Ferrol trabajar en las mismas condiciones de mercado en las que trabaja Barreras en un buque de estas características y además, ganar dinero en la operación?

            Francamente, es muy difícil, prácticamente imposible, que Navantia Ferrol, que nunca construyó un buque de este tipo y que además, lleva 25 años sin construir un buque mercante, pueda a día de hoy y en estas circunstancias, construirlo en condiciones de rentabilidad. Y claro, si eso no es así, se estaría vulnerando claramente el artículo nº 7 de los acuerdos del 2004.

          Por lo tanto, nos encontramos ante una situación que necesita ser aclarada lo antes posible. No podemos dar por bueno este contrato sin antes saber si efectivamente estamos en condiciones de cumplir con los compromisos adquiridos con la Unión Europea. Y es que un nuevo incumplimiento por nuestra parte, nos podría llevar, como dice el artículo nº 18 de los acuerdos, a sentarnos de nuevo ante un Tribunal de Justicia de conformidad con el artículo 298, párrafo segundo, del Tratado CE, y esto significa, que podríamos vernos de nuevo ante una nueva sanción. Una nueva sanción, que muy fácilmente podría convertirse en una nueva ampliación del maldito veto que estamos padeciendo. Es decir, lo que nos faltaba.

              En Ferrolterra tenemos que tener mucho cuidado con seguir alimentando lo que, injusta e injustificadamente, le impusieron al astillero de Fene desde Bruselas. No podemos continuar siendo los mejores aliados de quienes tanto nos sacrificaron. Y digo esto, porque efectivamente los mayores y mejores aliados de quienes nos castigaron con un intolerable veto fuimos nosotros mismos, los ferrolterranos. Y dentro de los ferrolterranos, principalmente los comités de empresas de Fene y Ferrol, los sindicatos, los partidos políticos, los alcaldes de Fene y Ferrol, Iván Puentes y Vicente Irisarri, y la Mancomunidad de Municipios de Ferrolterra. 

Es cierto que los acuerdos del 2004 recogen claramente que Fene se dedicará “únicamente“ a la construcción militar, y es cierto también que dicen, que Fene subcontratará “principalmente“ de Ferrol, pero en ningún caso dice que la subcontratación tiene que ser en exclusividad. Como tampoco dicen, que la subcontratación tiene que ser de trozos de barco. No hay nada que diga que de las últimas fragatas construidas no se pudiese construir una o más fragatas de forma completa en el astillero de Fene. Al fin y al cabo, construir una o más fragatas, o uno de los LHD australianos, de manera total, no dejaría de ser una subcontratación dentro de los contratos globales que tenía Navantia Ferrol. Y hacer esto, si ayudaría a mantener la actividad real normal de un astillero de cara al inminente final del veto.

 Como tampoco nada hay que diga, que Astano no pudiese acudir a otros foros en busca de trabajo siempre y cuando respetase lo de la construcción militar. Los acuerdos dicen en este apartado que contratará principalmente de Ferrol, pero tampoco dice que tuviese que hacerse en exclusividad. ¿No consiguió Navantia un contrato para construir bloques para las fragatas australianas? Entonces ¿Por qué no se pudo conseguir un contrato similar para la antigua Astano por esos mundos de Dios? ¿Se intentó? Claro que no.

               El daño a Astano y con él a todo el naval de Ferrolterra ya se le hizo durante todo este tiempo. Ahora nos encontramos ante una nueva oportunidad en la que, sobre todo, hay que saber estar a la altura de las circunstancias para no volver a salir perjudicados. Los acuerdos recogen que la Comisión y ante el incumplimiento de cualquiera de los compromisos asumidos, nos pueda complicar la vida. Tengamos pues cuidado, y hagamos las cosas bien. Pero hagámoslas bien, teniendo siempre claro y en cuenta, que la solución a nuestros problemas en el naval está en el levantamiento del veto que padecemos.               

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