domingo, 4 de noviembre de 2012


   EL  DUMPING  ASIÁTICO  Y  EL  TAX  LEASE  EUROPEO

 

          Hace relativamente poco tiempo que los ferrolanos nos familiarizamos tanto con la palabra Dumping, que ésta terminó siendo como un vocablo más de nuestra propia lengua. Casi toda la sociedad de Ferrolterra sabia que ejercer eso del Dumping, era algo así como vender las cosas por debajo de su coste real, es decir, practicar, con el producto que fuese, una competencia desleal en el mercado. Y claro, al tratarse de barcos y por lo que de forma directa nos afectaba y afecta aquí en la Ría de Ferrol, hubo un momento en el que la voz de toda Ferrolterra se convirtió en un solo clamor y protestó contra todo lo que fuese o estuviese relacionado con los astilleros asiáticos.

            Si, todos gritamos contra ellos, y lo hicimos, sin detenernos a pensar que al enemigo también lo teníamos en nuestra casa. Nosotros, los europeos, estuvimos y estamos alimentando y potenciando ese Dumping asiático contra el que todos clamamos. El 75 %, aproximadamente, de los buques que se construyen para los armadores y navieras de Europa son hechos en astilleros asiáticos y además y en algunos casos ( no sé exactamente en que cuantía ) con el agravante de que se hacen mediante ayudas de la propia Unión Europea. Entonces siendo esto así y lo es ¿Contra qué gritábamos? ¿Hasta dónde estábamos legitimados los europeos para protestar contra los países asiáticos si nosotros también alimentábamos esa situación?

Formamos parte de una sociedad que vive en el ámbito de la economía de libre mercado, por lo tanto, tenemos que entender que cada país defienda sus intereses como mejor crea conveniente hacerlo y otra cuestión será, el que esa manera de autoprotección económica, sea algo que esté regulado adecuadamente bajo un cierto consenso internacional. Los países europeos más que mirar para Asía debieron de haber mirado para si mismos, es decir, para Bruselas, y exigir, cada uno con los medios de que dispusiese, negociar un acuerdo marco que sirviese para un nuevo orden internacional dentro del naval, de igual modo que los hay en otros sectores comerciales.

¿Qué hizo Bruselas ante la incapacidad, más que manifiesta, para encontrar una solución a ese conflicto de intereses? Pues permitir que cada país miembro ejerciese, dentro de su territorio, un sistema de subvención que le permitiese minimizar y contrarrestar los efectos que en sus economías tenía la construcción naval de los países asiáticos por las ayudas gubernamentales que recibían. Y así de esa manera, es como nace el “ Tax Lease “.

¿Qué significa y qué es el Tax Lease? Tax Lease significa impuesto de arrendamiento. Es una auténtica obra de ingeniería financiera que precisa de cuatro actores y que desarrolla toda su estrategia en un tiempo que actualmente está marcado en cuatro años. Los cuatro actores son: Un astillero. Un armador o naviera. Una entidad financiera (Banco o Caja) y una Agrupación de Interés Económico.

¿Cómo funciona? Básicamente se comporta de la siguiente manera: El armador encarga la construcción de un buque a ese astillero. Ese buque, aún en construcción, el armador se lo vende a una compañía de “Leasing“ y ésta, a su vez, realiza una operación de “Leasing“ con una Agrupación de Interés Económico (AIE). Posteriormente, esa Agrupación de Interés Económico, arrienda, con una opción de compra, el buque al mismo armador que en principio había encargado su construcción, y ya como remate final, el armador termina haciendo efectiva esa opción de compra quedándose con el buque en propiedad.

¿Por qué se suspende el Tax Lease español? Pues sucede que algunos constructores europeos consideraron como una intromisión, en el ámbito de sus intereses,  la construcción de 4 remolcadores para operar en el puerto de Amberes por parte de astilleros Boluda de Valencia, y como en España se estaba aplicando un Tax Lease que alcanzaba hasta el 30 % del valor del buque en exenciones fiscales frente al 20 % que se practicaba en el resto de la Comunidad, la empresa holandesa, Damen Shipyard, decide denunciar el Tax Lease español ante la Comisión de la Competencia. Esta denuncia obtiene, de forma inmediata, el respaldo de otras empresas de la misma Holanda así como de diferentes empresas de Noruega, Francia, Inglaterra y Portugal. Lo que hace que la Comisión tome la decisión de la suspensión de nuestro Tax Lease actual, y de ahí, nuestra situación en el sector. Un sector que por cierto, ya sabía desde hacía meses, antes de la denuncia, lo que  se le iba a venir encima y a pesar de ello, nadie hizo nada para evitarlo y esquivar así los desastrosos efectos que la suspensión trajo consigo.

De cualquier forma y volviendo al origen, lo cierto es que los europeos clamamos cuanto pudimos por el Dumping asiático para luego terminar practicando de igual forma también, la competencia desleal. Que curioso, quien a nosotros nos castigó por las ayudas consideradas ilegales al sector ( pensemos en ASTANO ) es luego quien nos dice como debemos hacer la trampa pero sin que parezca que se hace.

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