SOBRA SOBERBIA
Y FALTA HUMILDAD
Probablemente ésta sea la causa, sino
la principal, de la mayor parte de nuestros males. Quienes ostentan la
responsabilidad de gobierno generalmente
se comportan con muy poca humildad y eso, solo cuando se acuerdan de ella. A
los problemas difícilmente se les puede encontrar solución desde la arrogancia
y la presunción. Cuando se llega a la conclusión de la existencia de un
problema y se afronta buscando como solucionarlo, en esa dinámica tiene que
estar siempre presente el reconocimiento personal de un posible error o una
mala gestión, es decir, tiene que estar presente la sencillez y la humildad. Algo
por cierto y salvo excepciones, que también las hay, totalmente inusual dentro
de los hábitos de quienes dirigen el cotarro en nuestra ciudad y comarca. Aquí
lo habitual, entre los que manejan el tinglado, aunque no sean gobernantes, siempre
fue y sigue siendo, culpabilizar de todo o casi todo a los demás.
Y tanto es así, como que nunca o casi
nunca, hemos oído a ninguno de nuestros políticos entonar el mea culpa en todos
estos nefastos años que llevamos vivimos en Ferrolterra. ¿Cómo es posible que
sean tan vanidosos como para echarle la culpa siempre a los demás? Pues así
son. Bueno, al menos, así se comportan.
En Ferrol llevamos treinta años en
caída libre, y cayendo, y los que manejan el tinglado solo ven la paja en el
ojo ajeno. Para los sindicalistas, la culpa es siempre de los políticos y de
los empresarios. Para los empresarios, la misma la tienen siempre los
sindicalistas, los políticos y los trabajadores, y para los políticos, los
culpables son siempre el partido contrario que le antecedió en el gobierno y/o
los sindicatos porque con su proceder no ayudan a facilitar los cambios que
ellos consideran que hay que hacer. Y claro, eso lleva a que los culpables sean siempre otros.
Se hace muy poca autocrítica,
prácticamente ninguna, y eso arrastra a uno a caer en la arrogancia y en la
vanidad. Yo soy el bueno y los demás son los que ni se enteran ni entienden
nada de todo cuanto sucede. ¿Y cuál es la consecuencia de todo eso? La actual
situación de Ferrol y toda su área de influencia. Estamos así por,
fundamentalmente, el comportamiento de todos esos actores de la vida publica de
la comarca, incluso, por el comportamiento también de algunos medios de
comunicación. Claro que si.
En muchas ocasiones, quizá
demasiadas, algunos medios tampoco se mojaron suficientemente con lo que le
estaba sucediendo a esta comarca, y con su actitud, lo que hicieron fue, igual sin
pretenderlo, proteger a todos los que sistemáticamente incumplían sus promesas
con esta ciudad, lo que sin duda ayudó, a que esta Ría se fuese deteriorando
más y más con el paso del tiempo.
El pasado día 30 de Septiembre un
periódico muy importante de nuestra comunidad publicaba en la primera página; “ Los verdaderos responsables de lo que le
ocurre a Italia ( crisis de gobierno provocada por Berlusconi ) son quienes le dieron
su voto a Il Cavaliere “. Pues bien, ¿Y por qué nunca se dijo lo mismo respecto
al deterioro de Ferrolterra?
Los medios no solo están para contar
las cosas tal cual suceden, también están para crear estados de opinión y
denunciar públicamente todo aquello que se considere denunciable. Y en ese
sentido, algunos de ellos no supieron estar a la altura de las circunstancias. ¿Hay
algún medio en esta comarca, que incluso ahora que padecemos un 32 % de paro,
ponga en entredicho la actitud que CC.OO
y la UGT mantienen respecto a la antigua Astano? ¿Cuántas veces denunciaron los
medios los incumplimientos de los políticos con Ferrolterra, estando éstos todavía
en el poder?
Tanto a los poderes del Estado como a
los llamados poderes fácticos, aquí en Ferrolterra les sobra prepotencia y les
falta sencillez y objetividad, incluso y en algunos casos, compromiso. Éste hay
que demostrarlo, no es suficiente con decirlo. Esta comarca se merece una
profunda reflexión por parte de todos los poderes, absolutamente de todos. Pero
¡ojo!, porque de igual forma que es cierto que nunca es tarde para rectificar, no
es menos cierto también que en Ferrolterra ya no se puede seguir esperando por
más tiempo.